Las herramientas de transformación digital se convierten en otro colega más que ayuda a continuar impulsando la colaboración y productividad de nuestra empresa, sin embargo, su correcta implementación va ligada a la estabilidad de nuestro capital humano.
Con frecuencia, los medios de comunicación, blogs y portales en Internet comparten historias de empresas que fueron capaces de enfrentar situaciones adversas, saliendo airosas. La mayoría del tiempo podemos creer que su éxito radicó en contar con una infraestructura superior a la de nuestra organización o de disponer del apoyo de alguna agencia que les brindó consultoría. Para nuestra sorpresa, en la mayoría de los casos, la solución a estos problemas se encontraba en el trabajo implementado por el capital humano, particularmente por un equipo de alto rendimiento. ¿A qué nos referimos con este término? En palabras de El Economista, un equipo de alto rendimiento “es capaz de extraer lo mejor de cada persona a nivel individual y grupal para entregar grandes resultados”. Por tanto, este tipo de equipos trabaja de manera flexible, proactiva y creativa, cumpliendo con resultados de calidad.
Ray Krock, empresario estadounidense quien convirtió a McDonald’s en una de las empresas de comida rápida más exitosas mencionaba: “Ninguno de nosotros es tan bueno como todos nosotros juntos”.
Esto significa que como líderes, debemos elegir a los miembros de nuestro equipo de alto rendimiento selectivamente a fin de que éste funcione de forma orgánica y constante, y extienda la productividad a otros equipos.